miércoles, 13 de abril de 2011

CANCION ANIMAL

Acá les dejo. como prometí, uno de los cuentos del libro. ¡¡Que lo disfruten!!

CANCION ANIMAL


- ¡Que se vayan todos a la recalcada concha de su madre! No me voy a retractar un carajo. ¿De qué me tengo que retractar, hermano? ¿De qué?

¿De haber escrito una canción que dice las cosas de frente? Ni en pedo. Que se retracten ellos, que el quilombo que van a tener si no me sacan de acá pronto ni se lo imaginan. Y vos me tenés que sacar de acá ya. Pero ya, ya, ya. Para eso sos mi abogado y por otra parte sabés que tengo razón. Tenés miles de justificativos. De donde se te ocurra podés sacar argumentos que me pueden dejar libre ya mismo. Pero, oime, usalos, hermano. ¿Para qué mierda te pago?
- ¿Qué hice tan malo? ¿Qué crimen tan grave cometí? ¡Pero que se vayan a la reputísima madre que los parió a todos! ¿Que son? ¿Licenciados en moral? ¿Abstemios? ¡De la poronga son abstemios! Si toda la vida mamaron las canciones infantiles esas que, mamita querida, sí que son heavy. Pero, claro, ya son tan clásicas que uno las canta y ni les da pelota a lo que están diciendo. Porque, oíme, si te ponés a analizar un cachito, son terribles esas canciones. Por eso ahora andan con el bocho podrido y no les da la materia gris para entender que yo soy inocente. O al menos soy tan culpable como todos los otros autores de canciones infantiles clásicas, que si esas canciones son infantiles, mamita querida. Son una aberración. Mambrú se fué a la guerra/chiribín chiribín chin chin/ Mambrú se fué a la guerra, no sé cuando vendrá, ja, ja, ja. Ja, ja, ja, no sé cuando vendrá. ¿JA, JA, JA? ¡Hijo de puta! El tipo se fué a la guerra a pelear por su país; a morir por sus compatriotas y el otro hijo de puta le dice " chiribín chin chin" y que "ja, ja, ja, no sé cuando vendrá."¡Dejame de joder, hermano, dejame de joder! Y yo soy un criminal. Andá a la concha tu madre, loco! No es así. No es así. "Ja, ja, ja, no sé cuándo vendrá." Pero si eso lo escribió una reventada que seguramente lo gorrearía al "dorima" con todo el vecindario y claro, el tipo ahora estaba en la guerra matándose por una causa que quizás ni le incumbía y se lo llevaron de prepo a matar o ser muerto. A ver morir a sus compañeros o matar a sus semejantes. Todos cornudos, pobrecitos, por las reventadas de las mujeres que, ya que no había moros en la costa, se hacían empomar bien empomadas por algún pendejo que todavía no tendría edad para ir a la guerra, pero que para cepillar mujeres casadas y sacarles cornamentas de venado a los boludos que peleaban por él, eran mandados a hacer. Dejame de hinchar las pelotas. ¿Pero qué hijos de mil putas, hermano, que hijos de mil putas! Me indigna, te juro que me indigna.
- Y por eso vos te tenés que mover rápido. ¿Vos no sos la justicia? ¿Ustedes los abogados no están para defender al justo, al inocente? Bueno. O yo soy inocente o soy tan culpable como los otros. ¡Usá la estadística!, manejate con los precedentes. ¿Quién fué en cana de todos ellos?¿Alguno fué en cana o tuvo algún tipo de quilombo? ¡Nadie! Ok, entonces que me saquen o encierren a todos los demás.
- ...
- ¿Qué?...
- ...
- ¿Si están muertos? ¿Qué pasa si están muertos? ¡Me importa un sorete si están muertos! Mejor para mí todavía. Porque ya es un hecho incuestionable que no hay precedentes de gente que haya ido en cana por escribir estas barbaridades que al lado de mi canción, mirá: son pornos de zoofilia, hermano.
- ...
- ¿Qué no! Son de terror.
Aserrín, aserrán, /los paneros de San Juan/piden pan, no le dan. /Piden queso, les dan hueso y les cortan el pescuezo.
¡Pero qué bonita canción! Mirá vos, muy solidaria, muy pacífica. ¿Qué noción de solidaridad le podes inculcar a un chico con esta canción espantosa? "Los paneros de San Juan piden pan." LOS PANEROS DE SAN JUAN, o sea que el pan lo hacían ellos. Y encima que los hacían laburar como negros setenta horas, a la madrugada seguro, para poder sacar el pan a tiempo, no les garpaban un sorete. Los tendrían recagados de calor y de hambre y cuando piden un cacho del pan que ellos mismos hicieron rompiéndose el orto al lado del horno ese que te quema hasta el ojete, no sólo no le dan ni el codito de la varilla, sino que además le cortaban el marote con un serrucho. ¿Claro! "Aserrín, aserrán." ¡Qué hijos de puta! Mirá vos. Después se asombran ante la violencia que hay en la sociedad.
- ¿Y yo qué dije? ¿Que el duende Benjamín se fumó una chala? ¡Oia, qué terrible! Decime qué tiene de terrible. Si vos escuchas la canción y se nota que no son todos duendes faloperos, adictos, violentos, que se daban todo el día con Poxirrán y salían a robar estéreos, hermano. Se nota que viene de buena onda. Se fumaría una chalita para hacer la ronda del domingo, para bailar con todos los duendecitos de la aldea, todo pacífico, todo bien. Oíme, en la aldea de los duendes a ninguno se le cortaba la cabeza por mendigar un cacho de pan ni se gorreaban entre ellos cada vez que alguno salía a recolectar frutas o algo por el estilo porque fijate que acá no hay ni guerras ni Mambrú ni las pelotas del mono. Y me vienen a dejar pegado a mí. ¡Pero por qué no se van a cagar, hijos de cuatro camionads de putas!
- El otro día vi un documental en el "Discovery" de un tipo que se iba a vivir un mes con los indios. Unos indios de África, creo que eran. O de Brasil. No sé, no me acuerdo. Pero la cuestión que el tipo, el tipo que hacía el documental, se instalaba a vivir con los indios estos que se drogaban a lo perro con un líquido que se llamaba "Ayahuasca" o algo así. Ayahuasca. Porque te darían la guasca allá. ¡ja, ja! Bueno, un chiste. Una pelotudez. Pero qué querés, para descomprimir un poco...
Y, bueno, el tipo se iba para filmar la experiencia drogona con los indios. Y así lo preparaban, le explicaban un poco por donde venía el mambo. Lo tuvieron con una dieta especial una semana antes de vivir la experiencia. Y, mirá, no sé si no lo agarraban para la joda al tipo. Los indios se hacían los boludos, lo preparaban espiritualmente y qué se yo cuanto chamuyo y mientras tanto le sacarían guita con la excusa de bancar alguna expedición peligrosa a la selva donde estaban las plantas con los ingredientes tóxicos necesarios para la falopa. Y después a la noche en la cabaña se cagarían de risa entre ellos teniéndolo cagado de hambre, en cuero, muerto de frío al documentalista que, pobre gil, hacía como diez días que andaba con taparrabos y con la jeta toda pintarrajeada.
Y al final llegó el día. Le preparaban la droga mezclando, macerando y aplastando con un mortero, varias plantas y después le hacían tomar el jugo. ¡Ay, cómo quedó ese muchacho! El efecto es devastador. Te agarrás una locura que te dura dos días. Pero no te digo dos días como una forma de decir. Te dura dos días de verdad. Y el tipo quedaba de la verga así, dos días enteros y, entre medio: vómitos, descompostura. Y los indios lo agarraban durante el día y lo sacaban a pasear todos vestidos con colores fuertes, con ramas llenas de hojas pintadas en las manos y le gritaban todos juntos en la cara, le bailaban alrededor cantando cualquier verdura. Mucho barullo auditivo y visual. Lo mambeaban a propósito, ¿viste? Y el tipo, pobrecito parado así, quietito, miraba todo con los ojos bien grandotes como si fuera un bebé de dos meses, ¿viste cuando lo bebés miran esos sonajeros giratorios que lo cuelgan de la cuna y se quedan ahí cuatro horas mirando como gira la ovejita, el caballito, mientras escuchan esa musiquita parecida a la del heladero? Bueno, así estaba el tipo. Por ahí se asustaba y se quería escapar, ¿viste? Y los indios no lo dejaban. Lo rodeaban entre todos y lo seguían mambeando cada vez más. Lo agarraron para la joda, hermano, ahora me doy cuenta. Pero bueno, la cuestión que el tipo se filmó drogándose dos días enteros y después declaró haber estado hablando con los árboles y con las piedras y que vio al dios de los indios y lo saludó. Y eso lo vio todo el mundo a las dos de la tarde en el Discovery channel, como una supuesta alternativa cultural-educativa. ¡Y a mí me encierran por el porrito del duende Benjamín! ¿Por qué no le encierran a este documentalista también entonces? Este hace cultura y educación para toda Latinoamérica y yo hago apología de la droga. ¿Pero por qué no se toman el ayahuasca y se hacen refusilar el ojete por el dios de los indios estos culorrotos?
Mirá todas las puntas que te estoy tirando. Estos son todos ejemplos claritos. Herramientas que deberías usar para sacarme de acá urgente. ¡Usálos! Si se te tendrían que ocurrir a vos, hermano. Al final me estoy defendiendo solo, vos lo único que sabés decir es que hay que esperar, que no es tan fácil. ¡Está muy clarito con todos los ejemplos que te di!
- ...
- ¿Pero al final vos sos mi abogado o porque te pido eficacia y rapidez me querés cortar el pescuezo y garcharte a mi mujer ahora que yo estoy en "naca"?
- ...
- Disculpame, disculpame. Me extralimité. Me fui a la mierda con lo que te dije. Perdoname. Pero comprendé que estoy bajo mucha presión. Yo soy un escritor de canciones. Un compositor, un artista. Y los artistas no podemos estar encerrados mucho tiempo porque nos afecta mucho más que a la gente común, ¿entendes? Y además la ansiedad que cargo al saber que soy inocente. Y porque vos también sabés que soy inocente. Entonces no sé qué mierda hago acá entre rejas cuando tendría que estar en mi casa componiendo canciones para las generaciones futuras, que no hablen de negarle el pan a la gente cortándole el cogote ni de gorrear al prójimo aprovechando que hay guerra ni nada de esas pelotudeces que además son muy peligrosas, muy peligrosas son.
Arroz con leche, me quiero casar/con una señorita de San Nicolás/ Con esta sí, con ésta no/ Con ésta señorita me caso yo. Sí, hasta ahí todo muy bien, pero escuchá. Yo soy la viudita del conde del rey. ¿Era conde o era rey? No sé, hermano, pero seguro que era un macho, lógicamente. Si quedó viudita..., bueno. Me quiero casar y no sé con quién/con ésta sí, con ésta no/con ésta señorita me caso yo. ¡Mirá vos! ¡Era "torta" la mina! ¡Qué bonito para un chico! La "jermu" del conde quedó viuda y entonces, en vez de andar de luto, se la pasaba marcotenado minas para encamarse y no sólo encamarse, ¡se quería casar, boludo! ¡Así de una! Y hace poco se rasgaban todos las vestiduras con el quilombo del casamiento ese, entre machos en Holanda, creo. ¿Que querés, hermano? ¿Qué querés? Si venimos escuchando estas canciones desde hace décadas y décadas. Mirá la viudita: lesbiana. Y te digo que si te ponés a hilar fino, no sé. Porque la canción no dice qué carajo le pasó al rey. Al rey, al conde o a la poronga del mono. Si hasta eso no está claro. Está mal escrito ya de entrada. Yo no entiendo el éxito de algunos autores. "Del conde del rey". ¡No se entiende un carajo! Pero, claro, la gente la canta todo el tiempo. En millones de jardines de infantes le están llenando el bocho a millones de pendejos con historias de gorreos, asesinatos y ahora también lesbianismo. ¡Pero qué bien! Yo voy en cana y ellos habrán cobrado fortunas por derechos de autor. ¡Perfecto! La justicia sí que funciona. ¿Pero por qué no me soban bien la quena, hermano?
- Y te decía, no te extrañes que la viudita, esta degenerada, no lo haya hecho cagar al marido ella misma. Claro, tendría un matrimonio infeliz o la habrían casado así de prepo muy de pendeja. ¿Viste que en las cortes reales se daba mucho esto de que te elegían alguien para casarte y a la lona? Te tenías que casar de una sin derecho al pataleo. Y seguro que esta mina lo habrá tirado por la escalera al pobrecito del conde. Bah, pobrecito. Capaz que era un hijo de puta, no sé. Pero la cuestión que a la mina le gustaba la torta y dijo: "a este lo tengo que hacer cagar de algún modo así puedo hacer mi vida y encamarme con las nenas que es lo que me gusta a mí". Y no le quedó otra.
Andá a plantear ese problema a la corte a ver qué te dicen. ¡Otra que cortar el pescuezo! Y entonces no encontró mejor idea que tirarlo al rey por la escalera. O envenenarlo. Seguro que lo envenenó, que era un método muy utilizado en la época medieval, de las cruzadas, los castillos o Cleopatra, que también envenenó a un par, me parece.
- ...
- ¿Qué pasa?
- ...
- ¿Cleopatra?
- ...
- ¡Qué mierda me importa si es medieval o ..., acá lo que importa es el contenido violento, incestuoso y degenerado de la canción!
- ...
Bueno, no sé si eran parientes, Lo que te digo es la infidelidad porque seguro que antes de asesinarlo al rey ya lo cagaba hace rato con alguna de las minas de la limpieza o algo así. Pero no sé si parientes.
- ...
- ¿Pero quién carajo sos ahora? Mi profesor? Que Cleopatra, que el incesto, que los parientes. ¿Por qué no tomás nota de las cosas que te estoy diciendo, del estado general de las cosas que te estoy diciendo? ¿Del punto donde hay que atacar? No de las pelotudeces de si Cleopatra fué antes de Cristo o si el incesto es con la prima o todas esas pelotudeces que por prestarles atención te perdés el nudo de la cuestión. El árbol te tapa el bosque. Y te detenés en detalles superfluos.
- ...
- ... ¿Que pasa?
- ...
- No, no, hablá, hablá...Y bueh, ahora te quedas callado. Vos cuando hablás es para decirme que hay que esperar, que hay que ser paciente, que no es fácil, o para corregirme por boludeces que en nada modifican los ejemplos clarísimos que te estoy tirando y que me parece que son fundamentales para mi defensa. Y ahora que ibas a decir algo para defenderte o justificarte ante mis correcciones, te empacás y te quedas callado la boca.
Mirá, la verdad, no te ofendas, pero la verdad es que ya no sé si quiero que me defiendas. No sé si quiero que sigas siendo mi abogado, te digo la verdad. Pero es que me preocupa, Carlos. Que te detengas en pelotudeces del incesto o las pelotas de Mahoma y no tomes las herramientas que te estoy tirando desde hace ya como una hora. Y hay más. Seguro que hay más. No sé.
Allá en el rancho grande, allá donde vivía/había una rancherita que siempre me decia/que siempre me decía: te voy a hacer los calzones / como los usa mi abuelo; algunos usa de lana/ y otros usa de cuero.
¿Pero esta pendeja lo veía siempre en calzones al abuelo? ¡Qué barbaridad! Mirá vos, la pendeja. O lo espiaba sin que sepa, o directamente el viejo se la empernaba a la nieta. ¡Ahí tenes el incesto, la puta que te parió! ¿Te gustó? ¿Está bien así, doctor? ¡Hijo de puta el viejo! Y encima usaba calzoncillos de cuero. Era sadomasoquista el hijo de puta. ¡Mirá vos las canciones, hermano! La nieta sobándole el pete al abuelito que seguro la tendría atada a la cama, con un látigo, todos vestidos de cuero, degenerados de mierda y yo encerrado como un delincuente.
- ...
- ¿Qué me mirás? ¿Te doy lástima? Lástima te tendría que dar esta nena, los paneros de San Juan o el cornudo de Mambrú. Y si no tomás nota de todas estas tragedias y no me sacás de acá urgente te juro, pero mirá, te juro, Carlos, que ahí sí que no salgo más y me van a dar perpetua. Porque yo soy capaz de cualquier cosa, hermano, de cualquier cosa soy capaz si se comete la injusticia de dejarme acá como a un delincuente. Si se deben estar cagando de risa los hijos de mil prostitutas que escribieron todas las canciones que te dije, al verme acá, como un gil, mientras ellos la juntan con pala.
No me importa nada, hermano. Yo mando a matar al que sea o te corto la cabeza o mando a tirar de una escalera al juez. Todas ideas que cualquier cristiano puede encontrar en cualquier canción infantil. ¡Menos en la mía, hijos de remil putas!
Y si la cosa se pone fulera después del quilombo, alegaré que estoy loco. Que quedé quemado de tanto escuchar canciones que hacen apologías aberrantes y que necesito tratamiento psicológico fuera del ámbito carcelario. ¡A la concha de su madre!
Y después que me vengan a decir que el duende Benjamín es un mal ejemplo para los niños. No, hermano. Si yo te digo que el Diablo en la Tierra está ganando muchas batallas. Y yo me dí cuenta de ésta. Yo me dí cuenta de ésta. ¿Y todas las cosas que quizás no nos damos cuenta, como mucha gente no se da cuenta de esto? No me quiero imaginar...Y es tal cual. Tiene cara de cordero. Tiene cara de cordero...